
Pensamos que con la voluntad de querer expulsar a una persona de nuestra vida y no pensar en recuerdos felices que nos lleven a querer no hacerlo, podemos creer en "unos vienen, otros se van". Pero, ¿realmente entran nuevas personas en nuestra vida que remplacen a las anteriores? El círculo comienza pequeño y el número de sillas siempre aumenta, estén vacías o no. Puede que esas personas añadan su silla al círculo, pero creo que nunca se sentarán en una ajena por miedo a lo que pueda pasar. Hay personas que han añadido su silla y permanecieron del principio al fin, y otras simplemente han estado presentes y después se han ido, dejando vacía su silla, pero no retirándola de su lugar. Nadie la ocupa, se limita a estar, dejando vivo el recuerdo de que algún día alguien estuvo ahí. Quizás los que añaden su silla más tardiamente no sufren el dolor por el que pasan los más veteranos al ver como las sillas quedan solitarias, viendo algo realmente triste: como personas queridas se van. Al final el resultado puede ser desolador, podría haber miles de asientos vacíos y tan sólo los observarían dos o tres personas, pero al fin y al cabo, lo importante es que algún día habría habido algún momento que uniera a personas que allí hubieran colocado su voluntad de crear vínculos felices entre ellas, y eso es lo que cuenta. Recordar algo nostálgico con una sonrisa en la cara es una tarea difícil, pero no imposible.
"There is always hope"
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