
Estoy fuera de tiempo. Me encuentro aquí, observando los lugares que solíamos recorrer juntos, aún siento el calor de tu mano sobre la mía. Persigo al pasado intentando aferrarme a él e instaurarlo en el presente, aunque sepa que no es así, me gusta más esa idea que la de tu ausencia. Recuerdo tu aliento en los domingos más fríos de invierno, siempre lo preferiría a mi nueva rutina de observar como llueve mientras acerco la taza de café a mi boca en un asiento de cualquier cafetería. Podría describirte cada uno de los atardeceres, aún me son tan cercanos... Tengo tus palabras almacenadas en algún lugar de mi corazón, tu aroma impregnada en todos los lugares de mi cuerpo y tu sonrisa como mi única guía. Si hay algo en lo que me gusta pensar es en las reconciliaciones: al fin y al cabo, ambos acabábamos cediendo parte de nuestro orgullo cambiándolo todo por un "te quiero". Sonreírte y que me sonrieras, abrazarte y que me abrazases, mirarte a los ojos y que hicieras mi mirada la tuya... quererte y que me quisieras. Pasamos miles de vendavales juntos, ninguno pudo contra nosotros. Cualquier cosa insignificante se convertía en algo grande al proceder de tí. Conectaste mi corazón con el tuyo, creaste miles de líneas de metro escondidas en mí, cada una tenía su fin en alguno de los miles de recuerdos contigo, cada andén significaba una sensación única e irrepetible. Me demostraste que con una sonrisa se podía decir "nunca te separes de mí". Tememos el fin, y cuando ocurre, no sabemos como reaccionar. Escapar, encerrarse, o volver a nuestro mundo a soñar. Es más sencillo que eso. "Cuando una cosa acaba, otra comienza..."
"There is always hope"
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