
Dejar fluir las situaciones, dejarse llevar, que la corriente nos arrastre, no ejerzamos fuerzas, que todo sea como tenga que ser, inesperado, natural. Puede que salga un desastre o el mayor éxito de nuestras vidas, pero la clave y la belleza del asunto se encuentra en que no lo sabremos hasta que suceda. No hay maneras de predecirlo, ni de calcular cómo y cuándo sucederá, ni de modificar su curso. Las consecuencias se enlazarán, en una línea que se extiende y crece a cada paso que damos, no se logra ver su aparente final, guarda la misma característica que el horizonte. Sin más, disfrutar con todos los hechos que nos aprisionen por sorpresa, sacar la mayor cantidad de sonrisas de ellos. Aprovechar la felicidad que nos otorga no saber que nos depara el futuro, la curiosidad de que va a pasar, la satisfacción de que todo salga bien o la desesperación de que rompa en mil pedazos... la singular excelencia de esas cosas que podrían ocurrir en cualquier momento sin que esperásemos por ellas...
"There is always hope"
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