
Gramo a gramo y día tras día van depositándose en nuestra vida pequeños fragmentos de aspectos que van creándonos, marcándonos y diferenciándonos de los demás como personas. Una simple sonrisa, la lágrima más desgarradora, la risa más contagiosa o un grito desesperado que no consigue ahogarse. La mayoría son reacios a encontrarse en el mismo montón que sus enemigos, cuando intentas juntarlos se separan y buscan algún lugar donde encajar, donde puedan formar parte de algo homogéneo. Pero simplemente y sin ir más lejos, tratando de agrupar nuestros pensamientos, podríamos percibir cara a cara la heterogeneidad de nuestras vidas. Contradicciones abundantes y escasas razones para argumentarlas. La pregunta es, ¿qué tiene que haber de problema en eso? Las etapas se suceden unas a las otras como si fuesen estaciones, y cada una se caracteriza por sus detalles. Sin embargo no habría invierno sin verano, ni otoño sin primavera. Por mucho que sean diferentes necesitamos todas las piezas del puzzle para completarnos. Sean mejores, peores. Las mañanas de sol en la playa de verano, no serían tan importantes si no existiesen los domingos lluviosos de diciembre en los que se toma café. Todas las sonrisas serían insignificantes si no conociésemos el dolor. En el fondo, todo se encuentra más relacionado de lo que parece. Estira tu mano, puede que con ella consigas alcanzar los aspectos que se encuentran al otro lado del abismo, aquellos que te parecían lejanos, diferentes, y, en el fondo, forman parte de tí...
"There is always hope"
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