
Una sonrisa es más fácil de conseguir de lo que pensamos. Basta con un puñado de ilusión, de locura o de una persona especial. Posible en cualquier momento, imposible de restringir si la sientes. Si bien es cierto que hay muchos tipos de sonrisas, todas tienen esa característica de ser especiales. Almacenan momentos, sentimientos y todo tipo de sensaciones sin que nos demos cuenta. Ya no es por nosotros, sino por los demás. Si es gratificante el hecho de sonreír para uno mismo, imaginaros cuánto lo es que también sonrían los demás, que el ambiente se contagie. La situación se vuelve aún más inmejorable cuando es un desconocido aquel que contigo está compartiendo ese simple gesto. En ese preciso instante se crea un pequeño vínculo. Puede que esa leve curvatura que han adquirido sus labios por unos segundos haya marcado algo. Unas sonrisas son más tímidas, otras más amplias, pero todas igual de complacientes. Pero al fin y al cabo, todas, excluyendo de características, tienen ese poder indescriptible de llegar y filtrarse entre nosotros a pesar de la persona. La magia de que un aspecto tan aparentemente insignificante de alguien "ajeno" perdure en nosotros haciéndonos sentir que ya conoces parte de un desconocido...
"There is always hope"
No hay comentarios:
Publicar un comentario